Hace poco leí el fantástico libro «Food and Climate Change without the hot air: change your diet, the easiest way to help save the planet» de Sarah Bride, que por cierto, se puede conseguir gratis para kindle en la tienda de amazon, por si os interesa.

Ya casi al final de su libro, Sarah Bride hace una reflexión que me pareció muy interesante y que es lo que quiero compartir hoy con vosotros: cuando decidimos reducir nuestra huella ecológica, al principio resulta muy fácil porque con pequeños cambios en nuestros hábitos podemos reducir nuestras emisiones de CO2 en aproximadamente 1/3: comer menos carne, usar más el transporte público, reducir 1 grado la temperatura de la calefacción o del agua caliente… A partir de aquí, seguir con la reducción se vuelve progresivamente más difícil, implica cambios más drásticos y sólo una pequeña parte de las personas consiguen llegar a una reducción del 50% o más.

Lo que plantea Sarah Bride es que la manera más eficiente de reducir tu huella de carbono (o tu huella ecológica en general) es que empieces por esa reducción relativamente fácil hasta 1/3 y después dediques tus esfuerzos a convencer a otros para que ellos también lleguen a ese 1/3. Si convences sólo a una persona, tu 1/3 más su 1/3 sumará más que si tú solo hubieras hecho un gran esfuerzo por llegar a 1/2.

Además, cuanto mayor sea la cantidad de gente consciente y concienciada, mayores serán las probabilidades de que nos vayamos animando a hacer esfuerzos de reducción más importantes.

En resumen: tenemos que lanzarnos a enrolar a los que nos rodean para que ellos también conozcan las implicaciones del cambio climático y cómo pueden ir reduciendo su huella ecológica. Cuantos más seamos, mayor será la reducción y la repercusión global.