Hoy quiero compartir con vosotros una reflexión fruto de una noticia reciente que me preocupa y que es muy representativa del mundo en el que vivimos. La historia es un poco larga pero merece la pena conocer todos los antecedentes.
El Parque Nacional de Doñana contiene una gran superficie de humedales, zonas inundadas dependientes del acuífero subterráneo con el que están conectados y que albergan una diversidad de aves enorme. Por su situación geográfica es un paso importantísimo para todas las aves migratorias europeas, lo que lo convierte, junto al delta del Danubio, en una zona de importancia crítica para la avifauna de toda Europa. Por este motivo, entre otros, tiene la máxima categoría de conservación que existe en España: Parque Nacional.
Desde hace 40 años, en el entorno del parque ha ido creciendo una industria de producción de frutos rojos (fresas, frambuesas…) muy rentable y que consume una gran cantidad de agua subterránea para riego. Tanto es así, que han proliferado centenares de pozos ilegales sin ningún tipo de control y el nivel del acuífero (ahora sobreexplotado) ha ido bajando cada vez más. En este momento el 70% de los humedales de Doñana están completamente secos o severamente amenazados y el problema empeora cada día. A este ritmo de descenso, en menos de 20 años no quedará nada del humedal más importante de Europa.
La amenaza para el Parque Nacional no procede de la explotación del acuífero para regar las fresas (las concesiones legales están calculadas para mantener el nivel igualando la recarga con las extracciones), la amenaza procede de las centenares de explotaciones ilegales que se han ido estableciendo y van extrayendo agua sin control. Estos pozos ilegales son conocidos por la Administración Andaluza desde sus inicios y en los últimos 40 años han sido ignorados deliberadamente, han sido tolerados desde una visión más que equivocada de lo que es el desarrollo económico, lo que ha actuado como efecto llamada y han aumentado exponencialmente hasta el punto actual en el que ya no hay agua para todos y además Doñana se muere.
La situación es tan grave que varias de las decenas de denuncias acumuladas con el paso del tiempo han llegado hasta el Tribunal Superior de Justicia Europeo, que ha instado a España a actuar al respecto o será sancionada por ignorar la legislación local, autonómica, estatal y europea. Durante los 40 años de gobierno de la izquierda en Andalucía no se ha atajado el problema y los pozos ilegales han seguido creciendo. La llegada al poder de la derecha debía suponer un cambio ya que en el programa electoral del PP aparecía la intención de acabar con los regadíos ilegales del entorno de Doñana: el próximo miércoles se votará en el Parlamento Andaluz una proposición de ley de PP, VOX y Ciudadanos ¡¡¡para legalizar los regadíos ilegales del entorno de Doñana!!! En vez de clausurar las extracciones ilegales y devolver el acuífero a un nivel de explotación sostenible para el parque Nacional y para los agricultores legales, se van a legalizar los existentes. Se va a convertir en legal un nivel de explotación muy superior al sostenible y que va a llevar a la desaparición de los humedales del Parque Nacional de Doñana a corto plazo. Esta propuesta incomprensible del Bloque de Derecha-Centro cuenta con el rechazo del bloque de la Izquierda, que fue la responsable de no evitar e incluso indirectamente fomentar la construcción de los pozos ilegales y dispuso de 40 años para corregirlo…me quedo sin palabras.
El Tribunal de Justicia Europeo dice que esta propuesta «resulta desconcertante y que pondrá en grave riesgo el cumplimiento de las sentencias del propio Tribunal», que «suscita cuestiones relativas al respeto del Estado de Derecho por parte de las autoridades españolas» y advierte que su aplicación «acarrearía la imposición de sanciones pecuniarias». (aquí he de añadir que esas sanciones, como otras que ya pagamos, las pagaremos entre todos de nuestros impuestos, no saldrán de los sueldos o del patrimonio de los responsables de esta locura, que salen completamente impunes a título individual)
Bruselas advierte: el Plan de la Fresa contraviene la sentencia del TJUE (rtve.es)
Después de esta larga introducción viene mi razonamiento: si pretendemos que la solución de los problemas del Medioambiente vengan de los políticos (ya sean de derechas, de izquierdas, de centro o del más allá), estamos condenados. Ya sea por desconocimiento, por cortoplacismo, por intereses personales, por indiferencia, o por ineptitud, queda claro que NO van a ser la solución. Aparte de su general indiferencia, tampoco sienten la presión por parte de una sociedad anestesiada y falta de formación ambiental. No van a cambiar a tiempo.
Por eso, la única esperanza es que cada uno de nosotros lidere el cambio, lidere SU cambio. No nos desanimemos por el entorno, centrémonos en hacer lo correcto cada uno de nosotros. La suma de los cambios individuales supone un cambio colectivo. No hay otro camino, los que deberían conducir el cambio colectivo no son capaces de hacerlo. Y si además convencemos con nuestro ejemplo a los que nos rodean, pues ese cambio será más intenso y profundo.
Yo miraré la etiqueta cuando vaya a comprar fresas…por si acaso es mejor no comprarlas según de donde vengan.