En primer lugar quiero haceros una recomendación: creo que es imprescindible leer el libro «Una vida en nuestro planeta» de David Attenborough, o al menos, ver la fantástica película documental que ha hecho la BBC, presentada por el propio Attenborough (la podéis encontrar en Netflix). Es un auténtico lujo tener de primera mano una visión conservacionista tan amplia, lúcida y respaldada por la ciencia y la experiencia.
Precisamente, mientras leía el libro he encontrado que hace referencia a un tema que a mí me parece particularmente interesante y que quiero compartir con vosotros: El Síndrome del Umbral Basal Cambiante. Consiste en que cada generación define lo que juzga normal en relación con las experiencias que vive. Valoramos el estado de nuestro entorno natural por lo que conocemos del presente pero ignoramos las condiciones que tenía en un pasado reciente (y que podría recuperar si nos lo proponemos).
Si echamos la vista atrás, todos tenemos la experiencia de ese río en el que nos bañábamos cuando éramos pequeños y ahora es una cloaca maloliente, esa arboleda que ahora es un descampado o esa playa en la que al bucear veías praderas de Posidonia y miles de peces y caballitos y estrellas de mar y en la que ahora sólo hay arena. Esta progresiva degradación, apreciable en intervalos de tiempo de sólo unas pocas décadas, se está convirtiendo en la referencia, en el umbral de cómo es la naturaleza para muchas personas de las generaciones más jóvenes. Estos jóvenes no van a tener un recuerdo amable de aquellos días de verano en ese río o en esa playa, van a vivir más alejados de su entorno natural y, por tanto, van a tener menos motivos para amar la naturaleza y para conservarla. Y así, en un círculo vicioso esa creciente degradación se convertirá en la referencia de la siguiente generación que considerará normales cosas que a nosotros nos avergonzarían.
En nuestras manos está detener ese círculo vicioso y tratar de dejar a la siguiente generación un entorno natural igual o mejor que el que nos encontramos. Tenemos una larga labor por delante tanto para trabajar en la regeneración ecológica como para trabajar en la formación ambiental de las nuevas generaciones. No permitamos que el Umbral Basal siga bajando.